En esta experiencia humana todo cambia. Todo se esta moviendo continuamente. Nosotros cambiamos, cambian las circunstancias de nuestra vida y cambian nuestras relaciones. Gente viene y va y no podemos hacer nada para evitarlo.
Hay un ejercicio fascinante que hacemos en el School for the Work donde uno de los objetivos es aprender a darle la bienvenida a la humanidad y al mismo tiempo dejarlos ir. Este ejercicio se realiza en parejas y estas cambian constantemente. Cada vez que tenemos que cambiar de pareja oímos la voz de Katie decir por el micrófono “and as Love would have it switch”. Otras veces dice “and as Life would have it switch.” Le podemos llamar de mil formas a aquello que nos creó; Amor, Vida, Dios, Inteligencia Universal, pero al final de cuentas la fuerza que mueve todo en nuestras vidas siempre es la misma.
Este ejercicio es la analogía perfecta de cómo funciona la Realidad (Dios). Gente vendrá a nuestra vida y se irán y estos cambios los mueve la fuerza del Amor. La Fuerza que nos creó nos hizo nacer en el momento de la historia perfecta y en la familia perfecta. Nos regaló a los padres perfectos. Los noviazgos, esposos, ex- esposos perfectos. También la soltería en el momento en que la necesitábamos. Este Amor nos permite conocer a la gente que tenemos que conocer y también los quita de nuestro camino cuando ya no hay nada que experimentar con ellos. No hay errores en el momento, en el lugar, en la forma o en la duración que han tenido nuestras relaciones.
Esto yo ya lo había leído en muchísimos textos de sabiduría espiritual de niña pero la vida me ha enseñado con mucha claridad la inexistencia de errores y casualidades en mi proceso. Yo hoy simplemente no sería quien soy sin estas almas increíbles que han tocado mi vida de tantas formas. No sería quien soy sin la necesidad de dejarlos ir. No viviría con entusiasmo y agradecimiento si no viera que vienen exactamente cuando tienen que venir y se van exactamente cuando se tienen que ir. No viviría relajada sin saber que esto jamás ha estado bajo mi control.
Mi vida ha cambiado constantemente en cuanto a la gente que integra mi familia, las amistades que tengo y relaciones de pareja. Nada ha permanecido igual nunca y nada se ha visto como yo he creído que se debería de ver. Ninguna relación ha durado el tiempo que yo hubiera querido (sea más o menos). No han iniciado ni terminado de la forma ideal (según yo) y definitivamente jamás he podido hacer algo para controlarlo o evitarlo. Gracias a Dios nunca he tenido el control. Porque así como nada ha resultado como yo he querido, todo siempre ha resultado MEJOR.
En mi familia y con amigos cercanos he experimentado la bendición de la muerte. He visto las lecciones y el alivio que ha traído. La Vida me ha enseñado que no hay un tiempo demasiado temprano o demasiado tarde para partir de este mundo, ni una forma incorrecta para hacerlo. Este Amor que nos vive nos quita la vida exactamente cómo y cuándo tiene que ser, y eso sólo puede ser bueno. Claro, he tenido pensamientos que me dicen “ ayyy si mi tía y mi abuelito pudieran ver esto…” pero luego entro en razón (cuestiono mis creencias erróneas) y veo como la realidad siempre es mejor.
En mis relaciones de pareja es imposible imaginar un orden más perfecto o parejas más perfectas para mi proceso. Experimenté lo que es la dependencia y el control y ahora sé lo que es la libertad y el amor incondicional. He podido ver cómo cada relación se ha tenido que dar en el orden en que se dio pues cada quien ha sido un espejo claro ensenándome quien era yo en cada momento. Gracias a que me he podido ver en ellos he podido dejar ir todos esos miedos que no me daban paz.
Estas relaciones no sólo han venido en el momento perfecto si no han durado exactamente el tiempo que han tenido que durar. Ni un segundo más ni un segundo menos. He tenido pensamientos como “ala yo no quiero que esto se acabe” así como pensamientos como “quiero que esto se acabe YA” y jamás ha estado bajo mi control el momento en que estas relaciones vienen y van. Cuando me digo que voy a terminar una relación ahí sigo, y cuando me digo que quiero estar con tal persona no lo estoy. Esto es lo mejor que me ha podido pasar en la vida. El Universo me ha dejado clarísimo que yo no sé absolutamente nada de lo que me conviene pero este Amor Perfecto sí.
Cada ser en nuestra experiencia es un regalo de Dios que estará con nosotros por un tiempo determinado (pueden ser 30 años o 6 meses pero eso no lo decidimos nosotros). Ya que no podemos controlar quienes entran a nuestra vida ni cuando se van, gocémonos de su presencia por la bendición que es. Cada relación es una oportunidad para conocerme, para verme en ellos. Es una oportunidad para abrirles el corazón y entregarnos en totalidad. Es una oportunidad para amarlos incondicionalmente, observar que no necesitan cambiar y que son perfectos exactamente como son. Es una oportunidad para dejarlos ir cuando lo que necesitan es despedirse. Esto es amor.
La persona que yo voy a tener enfrente es la que me está mandando la Inteligencia Universal para amar. Amémosla. Y cuando el Universo me diga “switch”, amémosla también dejándolos ir y entregando nuestro corazón al siguiente regalo que ha mandado. A veces el regalo que manda es el espejo.